Del purín a un polígono para la bioeconomía
El éxito de un grupo de ganaderos se ha convertido en un reclamo para más proyectos de lo que se conoce como bioeconomía, concepto que engloba a todas aquellas actividades económicas que tienen como base recursos de origen biológico, incluidos residuos. Como resultado se está creando el que aseguran es el primer biopolígono del sur de Europa.
Todo empezó hace más de 20 años, cuando los ganaderos de Alcarràs (Segrià) decidieron dejar de competir entre ellos y unirse para hacer frente a un problema común: la gestión de las deyecciones ganaderas de sus explotaciones. Fue entonces cuando compraron la actual finca de 18 hectáreas. En el año 2022, Alcarràs Bioproductors puso en marcha una planta que convierte las deyecciones en compost. Lo hicieron a partir, únicamente, de aportaciones económicas de los socios, que pagaron cerca de dos millones de euros. La planta está gestionada por los propios ganaderos y agricultores y da servicio a 150 familias propietarias de unas 160 explotaciones de porcino y vacuno, ya no solo de Alcarràs, sino también de pueblos del entorno.
En las instalaciones se tratan 35.000 toneladas de deyecciones al año, básicamente estiércol, pero también restos de poda y árboles arrancados de los propios socios, así como restos de poda de los parques y jardines del ayuntamiento. El resultado es un compost que se vende como fertilizante orgánico. En la actualidad, están ampliando las instalaciones para poder tratar hasta 56.000 toneladas de deyecciones.
Como el líquido del purín sigue siendo un problema, Alcarràs Bioproductors está finalizando la construcción de una planta de biogás. “Inicialmente, se producirá biogás para generar electricidad pero, en una segunda fase, la idea es generar biometano e inyectarlo a la red de gas porque este se paga mejor que la electricidad”, adelanta Jordi Jové. También ambicionan sustituir el diésel que utiliza la maquinaria por gas renovable.
Los mismos terrenos donde se encuentran las plantas de compost y biogás han sido escogidos por la Generalitat de Catalunya para ubicar una planta de escalado preindustrial para la producción de proteína alternativa. También hay un par de empresas privadas que han escogido este emplazamiento para aterrizar con sus proyectos innovadores. Una de ellas es Alere Circular, con una planta para la fabricación de biochar, una mezcla de carbón vegetal y compost que se convierte en biofertilizante. El compost será de Alcarràs Bioproductors. El segundo proyecto es una granja de larvas. Estas se alimentarán del digestado resultante del proceso de generación del biogás de Alcarràs Bioproductors, dando un uso a una materia que de otro modo sería un residuo.
El éxito conseguido ha llevado a los socios de Alcarràs Bioproductors a buscar una nueva finca de 16 hectáreas para poder acoger nuevas instalaciones.
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Fuente: lavanguardia.com