Bioenergía: parte de la solución al cambio climático
La biomasa es la única fuente renovable que puede sustituir a los combustibles fósiles en todos los mercados energéticos, proporcionando flexibilidad para equilibrar la expansión de los recursos eólicos y solares intermitentes y estacionales.
Según el informe Union Bioenergy Sustainability Report la bioenergía es la principal fuente de energía renovable, en términos de consumo final bruto, en la UE a pesar del rápido crecimiento de la energía eólica y solar durante la última década.
En 2021 se consumieron un total de 148 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) de bioenergía en la UE-27, representando el 58,9% del mercado total de energías renovables. Más de la mitad del total el consumo de bioenergía fue en forma de biomasa sólida, seguido de los biocombustibles líquidos (12,9%) y el biogás (10,1%). Los biocombustibles líquidos, utilizados principalmente en el sector transporte, fueron un 77,1% por biodiésel y un 16,6% por bioetanol.
No existe una definición específica de bioenergía en la Directiva de Energías Renovables (conocida como la RED por sus siglas en inglés), pero cuando hablamos de bioenergía nos referimos a la energía (calor, electricidad o portadores de energía) producidos a partir de un tipo de biomasa. Según el artículo 2 (24) de la RED II, se entiende por biomasa la fracción biodegradable de productos, desperdicios y residuos de origen biológico procedentes de la agricultura, incluidos los vegetales y sustancias animales, procedentes de la silvicultura y de industrias afines, incluida la pesca y acuicultura, así como la fracción biodegradable de los residuos, incluidos los industriales y municipales de origen biológico.
La biomasa sólida no tiene una definición específica en la RED pero abarca los materiales orgánicos sólidos de origen biológico y se relaciona con su estado físico antes de la conversión. La biomasa sólida incluye productos, subproductos y desechos tanto forestales como agrícolas.
El biogás, según el artículo 2.28 de la RED II, es un combustible gaseoso producido a partir de biomasa, principalmente mediante digestión anaeróbica y posiblemente (en el futuro) mediante gasificación y metanización. El biogás incluye biometano (puro). Actualmente el biogás se utiliza ya sea para la generación de calor y electricidad o se actualiza a calidad de gas natural y se inyecta en el gas red como biometano. El biometano también se puede utilizar en el transporte.
Los biolíquidos, según el artículo 2 (32) de la REDII, son combustibles líquidos con fines energéticos distintos que para el transporte, incluida la electricidad y la calefacción y refrigeración producidas a partir de biomasa. El término sólo se utiliza para la biomasa líquida utilizada para generar electricidad. Desde un punto de vista químico y físico, estos materiales podrían ser los mismos que los biocombustibles. De ahí que la aplicación sea fundamental en la definición de biolíquidos.
Los biocombustibles, según el artículo 2, apartado 33, de la REDII, son combustibles líquidos para el transporte producidos a partir de biomasa, reemplazando así la gasolina fósil, el diésel u otros portadores de energía fósil.
Para conocer el papel de la bioenergía en el futuro, las opciones de la bioenergía avanzada y las opciones en la utilización de biomasa, así como las emisiones derivadas, haz clic en la fuente. Si te ha gustado esta publicación dale a compartir.
Fuente: retema.es