Aimplas dará una segunda vida a residuos vegetales en forma de adhesivos y envases
La gestión y el tratamiento de residuos lignocelulósicos, es decir, residuos vegetales de la agricultura y la silvicultura, es un tema importante debido al gran volumen que se genera en el sector agroalimentario, de la madera y el mueble. El método más común utilizado hasta ahora ha sido el vertido en vertederos, algo que no es sostenible a largo plazo y tiene impactos negativos en el medio ambiente y la salud.
El proyecto FUSTARISE impulsado por AIMPLAS surge para encontrar soluciones más sostenibles para la gestión y tratamiento de estos residuos, a través de técnicas mecanoquímicas sin disolventes que permitan darles una segunda vida en forma de productos biobasados sostenibles, como cápsulas y adhesivos. Para ello, el centro tecnológico cuenta con la colaboración de empresas como, MIARCO, especializada en productos adhesivos y abrasivos, LISART, dedicada a papeles alimentarios y envases de última generación y La Unió Llauradora i Ramadera, que agrupa a más de 20.000 agricultores y ganaderos en la Comunidad Valenciana.
La mecanoquímica se presenta como una metodología limpia, saludable y sostenible con grandes beneficios respecto a los procesos convencionales empleados actualmente en la industria. Entre sus ventajas destaca la reducción del consumo de disolventes y reactivos, algunos de ellos tóxicos y dañinos para el medio ambiente y los seres vivos; así como la disminución del consumo energético, hídrico, la emisión de gases a la atmósfera y la generación de residuos.
La valorización de residuos lignocelulósicos mediante métodos sin disolventes es un enfoque innovador. Aplicar técnicas más limpias es una alternativa prometedora que puede reducir la dependencia de los métodos tradicionales de eliminación y promover la competitividad y sostenibilidad a largo plazo. Además, el desarrollo de productos innovadores a partir de estos residuos puede sustituir a las propuestas convencionales basadas en el petróleo, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo un futuro más sostenible.
Dicho objetivo se conseguirá desarrollando, optimizando, confrontando y escalando procesos de tratamientos de residuos lignocelulósicos mediante técnicas convencionales, mecanoquímicas y/o mecanoenzimáticas para la recuperación eficiente y sostenible de la lignina, la hemicelulosa y la celulosa. Los biopolímeros recuperados serán reprocesados para obtener en última instancia diferentes productos de alto valor añadido.
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Fuente: aimplas.es; interempresas.net