Biomateriales
Embalaje sostenible elaborado a partir de plantas de turberas

Embalaje sostenible elaborado a partir de plantas de turberas

El componente más importante del papel es la madera como materia prima. En un contexto de fuertes aumentos de los precios de mercado y de una elevada tasa de importación de materias primas de madera en Alemania (aproximadamente el 80 %), las fuentes de materias primas alternativas adquieren cada vez mayor importancia para la fabricación de envases de papel. Esto motivó a los investigadores del Instituto Fraunhofer IVV de Freising y Dresde a estudiar el potencial de las plantas de turbera, como el junco, la juncia o la hierba cana, para la fabricación de envases sostenibles y a probar los procesos de fabricación correspondientes en el marco del proyecto PALUDI.

El proyecto se enmarca en el marco de la iniciativa Fraunhofer Biogenic Value Creation and Smart Farming, que cuenta con el apoyo del Ministerio Federal de Educación e Investigación (BMBF), el Ministerio de Economía, Desarrollo Regional y Energía de Baviera y el Ministerio de Ciencia, Cultura, Asuntos Federales y Europeos de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Las plantas de turbera estudiadas en el proyecto se cultivan deliberadamente en turberas y pantanos rehumedecidos. En el futuro, se les dará más espacio a las plantas de turbera. Esto se debe a que al menos el 30 por ciento de las superficies de bosques, pastizales y humedales deben rehumedecerse y renaturalizarse según la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE de febrero de 2024. Esto también se conoce como paludicultura. «Se trata de la agricultura en turberas húmedas con especies vegetales adaptadas localmente. La paludicultura ayuda a mantener las turberas y contribuye a la protección del clima, ya que minimiza las emisiones de carbono, otra razón para estudiarlas más a fondo», dice Fabian Kayatz, quien dirige el proyecto en el Fraunhofer IVV.

En comparación con la madera, las cañas y otras plantas similares se caracterizan por un bajo contenido de lignina, lo que permite utilizar menos productos químicos durante la fabricación de pulpa de fibras vegetales para alcanzar una fibra de calidad suficientemente alta necesaria para aplicaciones de embalaje. Este fue el resultado de la caracterización química de paludiculturas de la región de Freisinger Moos-Friese. Dependiendo de la planta, los investigadores lograron un contenido de lignina de entre el 20 y el 23 por ciento. El material cosechado tenía un contenido de lignina un 25 o un 15 por ciento menor en comparación con la madera blanda y dura.

«Cuanto menor sea el contenido de lignina, es decir, el adhesivo natural en las paredes celulares de las plantas, menor será el uso de recursos, como ácidos o álcalis, durante la fabricación química de pulpa y más estable será la red de fibras que se forma», explica Kayatz. Además, la pulpa de estas fibras vegetales tiene mejores propiedades mecánicas que la pulpa de otras pulpas de paja, como la de maíz o bambú.

Los investigadores han conseguido fabricar tarros y bandejas de papel resistentes a partir de fibras de junco sin utilizar aditivos mediante procesos de moldeado de fibras y embutición profunda. Para ello, han desarrollado una planta de laboratorio específica para la producción de estos demostradores de embalaje.

Para saber más sobre el proceso de deslignificación y sobre los envases innovadores no alimentarios haz clic en la fuente. Si te ha gustado esta publicación dale a compartir.

Fuente: retema.es

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